¿Qué es la rabia?
La rabia es una enfermedad viral de carácter zoonótico que afecta a todos los mamíferos, tanto domésticos como salvajes, incluido el ser humano. Se transmite principalmente a través del contacto con saliva infectada, generalmente mediante mordeduras o arañazos de un animal portador del virus.
Presente en todos los continentes —excepto en algunas islas libres de la enfermedad—, la rabia constituye un grave problema de salud pública en más de 150 países. Se trata de una patología de declaración obligatoria debido a su letalidad y facilidad de transmisión.
El agente causal es un virus del género Lyssavirus, que, tras ingresar al organismo, invade el sistema nervioso periférico y se desplaza hacia el cerebro, donde desencadena una encefalitis aguda. El virus se encuentra en altas concentraciones en la saliva del animal infectado, lo que facilita su diseminación.
La rabia tiene un período de incubación prolongado —de semanas a meses—, lo que puede dificultar su detección temprana. Durante este tiempo, el virus avanza silenciosamente hasta alcanzar el sistema nervioso central. Todos los mamíferos pueden contraer y desarrollar la enfermedad, incluidos animales silvestres y domésticos como perros y gatos.
Clasificación
La rabia se clasifica en dos grandes tipos, según su origen:
● Rabia urbana o doméstica: Transmitida principalmente por perros y gatos.
● Rabia silvestre: Transmitida por especies como murciélagos, zorros, zorrillos y coyotes. En este caso, instituciones como la SAGARPA y SEMARNAT (en México) intervienen en su control y vigilancia.
Síntomas
Los signos clínicos son consecuencia de la inflamación cerebral provocada por el virus. En animales, particularmente en perros, la rabia suele progresar a través de tres fases características:
- Fase prodrómica
Cambios sutiles en el comportamiento: inquietud, aislamiento o agresividad inusual. - Fase furiosa
Nerviosismo, dificultad para tragar, cambios en la vocalización, hipersensibilidad y agresividad extrema. El animal puede morder sin provocación y sufrir parálisis parcial, especialmente en las mandíbulas o el tercio posterior. - Fase paralítica
Parálisis generalizada, que conduce a la muerte en un lapso de 2 a 3 días.
Transmisión e incubación
La transmisión ocurre principalmente por mordeduras. El periodo de incubación varía entre 2 y 8 semanas, aunque puede ser tan corto como 5 días o prolongarse hasta un año, dependiendo de factores como la cantidad de virus inoculado, la localización de la herida y su cercanía con el sistema nervioso central. Lesiones en cabeza, cuello o extremidades superiores suelen acortar este periodo.
Durante la enfermedad, los animales infectados pueden mostrar comportamientos inusuales: los dóciles tornarse agresivos y los normalmente hostiles volverse apáticos o tristes. Además, es frecuente la ingestión de objetos no comestibles debido a la alteración del gusto.
Tratamiento
En animales, no existe tratamiento curativo una vez que aparecen los síntomas. La rabia es mortal en prácticamente todos los casos. Por ello, la única estrategia efectiva es la prevención.
Prevención
La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la rabia. En la mayoría de
los países y regiones, su aplicación es obligatoria en animales domésticos,
especialmente en perros y gatos. Las campañas de vacunación, tanto urbanas
como rurales, son clave para controlar la enfermedad y proteger la salud pública.
Conclusión
La rabia es una enfermedad prevenible, pero de consecuencias fatales si no se
actúa a tiempo. La vigilancia, la vacunación sistemática y la educación sobre su
transmisión son esenciales para proteger tanto a los animales como a las personas.





